A ver, Roxan, ¿esto lo has escrito tú o lo has copypasteado de algún mensaje mío? Ah, no, que cuando aquello sucedió faltaba aún un año para mi acceso al foro.Roxanne Rivaille escribió:Pasado mañana empiezo Bachillerato en un colegio totalmente nuevo después de haber estado desde los siete años en el que cursé hasta la ESO, pues no tienen Bachiller.
Estoy acojonada no, lo siguiente. Mis habilidades sociales son escasas por no decir nulas, ¡si en los cerca de nueve años que estuve en el otro colegio no fui capaz de entablar una amistad! Mi madre dice que sea optimista y me anime, que seguro haré algún amigo. Pero es que no sé como entablar conversación con desconocidos o introducirme en un grupo de personas que probablemente llevarán juntos desde pequeños.
Allí no seré nadie. Ya me había labrado mi fama, como estudiante y dibujante, no había ni un solo profesor que se llevase mal conmigo(bueh, en su momento me llevé fatal con la de plástica porque me tenía manía, y con una monja que por algo lleva siendo apodada "pitbull" desde hace décadas), y aunque no tenía lazos de amistad con nadie, logré ganarme el respeto y admiración de todos. ¿Ahora qué haré? ¿Y si hay alguien que es mejor estudiante que yo? ¿O mejor dibujando? ¿O incluso escribiendo? ¿Y si no saco las notas necesarias para medicina?
He estado todo el verano muy tranquila, y justo ahora me asaltan las inseguridades y el miedo. Estaba yo tan ilusionada con comprar el material escolar nuevo y usarlo, que se me olvidó que hay algo más allá de escribir en cuadernos o hacer garabatos con rotuladores. Que tengo que interactuar con otros seres humanos, por ejemplo.
El único consejo que te puedo dar es que seas a tope original y auténtica. De mi instituto de ESO varios alumnos migraron conmigo al mismo en que hice Bachiller, y me tocó un montón las narices porque esperaba que estuviéramos juntos los del tecnológico con el biológico, para coincidir al menos con una compañera, pero por supuesto no fue así. Y como me cuesta tanto abrirme a personas que no conozco, más en un ambiente en el que ya hay relaciones y grupos de confianza forjados de años atrás, sumándolo a mis enormes prejuicios al tratar con personas adolescentes/postadolescentes -que, vale, eran todos unos alcohólicos asquerosos y me traumaron de por vida sus temas de conversación típicos, pero eso no quita que al margen de aquello fueran buena gente-, tal fue el rebote que me pillé que llegué a decidir que ese año ignoraría a todo el mundo, me dedicaría plenamente a estudiar y pasaría de absolutamente todo. Pues bien, todo aquello no debió de durar ni una semana, y con el simple hecho de mostrarme en toda mi autenticidad, y en mi forma de ser y de pensar, aquel año me gané el respeto y hasta la admiración y simpatía de toda la clase -no digo que fuera el rey del mambo, pero en serio que sentí la acogida de forma muy especial- con una eficacia que no se ha vuelto a dar en ningún otro momento de mi vida. No deja de ser gracioso.
Así que ánimo, Roxan[ne]; yo estas inseguridades las he tenido siempre y las sigo teniendo en cierta medida, quizás por alguna experiencia y, sobre todo, prejuicios, pero luego acaba siendo mucho menos de lo que uno se espera.
P.D.: En la Universidad sí que ya no he levantado cabeza, y no me llevo más que con dos o tres compañeros, dos de ellos ya conocidos precisamente desde Bachiller, pero por suerte estoy ya en un punto de la vida en que eso me importa menos que cero. ¡Y por eso es que no me voy a casar y voy a estar solo toda la vida, por los siglos de los siglos, Amón -como dicen en El símbolo perdido-!