BOEN REVIVAL
Intro
2030, Norteamérica
15 años después del inicio de la pandemia.
Las ramas de los sauces se mecen violentamente y golpean nuestras paredes. Ya se puede sentir el aumento de la presión en el aire, que anuncia que una gran tormenta se aproxima.
Hace 30 minutos que los últimos rayos del sol que se colaban a través de las sucias ventanas de la cabaña desaparecieron y la madera ya ha empezado a crujir por el cambio de temperatura. 35 grados centígrados en el día y 5 grados en la noche, el clima cambió drásticamente, no podemos expiar nuestras culpas diciendo que nadie lo vio venir, no solamente lo sabíamos, sino que contribuimos con las bombas. El frío intenso hace que de sus bocas sale una nube blanca, como si su alma escapase poco a poco, lo podríamos ver si pudiésen encender la chimenea, un poco de luz, solo un poco de calor para no sucumbir ante la hipotermia. Pero eso los atraería, siempre salen a cazar al caer la noche, nadie sabe porque, si su cerebro apenas podría considerarse un poco más avanzado que el de una ardilla. Algunos dicen que el frío los ayuda a mantenerse frescos y que el calor acelera su estado de putrefacción, ¿quién sabe?, nadie se ha atrevido a capturar uno para comprobarlo.
Al final todo es igual, cuando ves sus asquerosas caras putrefactas, llenas de ampollas y sus ojos inyectados de sangre. Las únicas opciones son callar o correr, las posibilidades nunca están a nuestro favor, hay historias de (¿valientes?) que han podido salvar su vida escondiéndose, quedándose inmóviles por días, mientras hordas putrefactas han pasado a su lado sin detectarlos. Triste, saber que por la inmovilidad tan extendida un coágulo de sangre viaja sin piedad desde sus piernas a su cerebro y ha acabado con lo poco de la vida que quisieron salvar.
Otros han aprendido a correr, se han vuelto muy veloces como conejos, solo para ver que una pequeña piedra o rama que no pudieron ver en el camino, destrozo su tobillo acabando con la ventaja natural que creyeron tener. Pero en la gran mayoría de ocasiones no importa cuanto corras... hay hordas que se extienden por kilómetros y kilómetros, al final el cansancio, la pobre alimentación, la desesperación o un simple calambre no tienen la culpa, no importa cuanto corras dentro del ojo del huracán, al final te encontrarás con él al intentar salir.
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Amigos, este es teaser de las nuevas historias que estoy escribiendo, no tendría mucho sentido tocar las historias antiguas, así que prefiero complementarlas con una nueva serie.
Agentes, pueden contactarme para cualquier inquietud a
deadmadison@icloud.com especialmente los que tengan tiempo y ganas de volver a escribir en sus ratos libres.
Spike, sobre tu pregunta: las tenía subidas todas las historias pero los links caducaron, si me puedes recomendar un servicio donde pueda alojarlas sin riesgo de que desaparezcan te lo agradecería mucho.