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por Lykos » 25 Mar 2010 17:11
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Capítulo 36. Korvy VS JuanDos, again…
- Creía que había muerto…
- ¿Te sorprende? A mi también me sorprendió mucho cuando le vi…
JuanDos había subido, teletransportandose, al piso numero treinta, a las cristaleras rotas por las que se escaparon Rain e Ill. Korvy por su parte, había subido las escaleras de caracol hasta encontrarse con su antiguo compañero, que estaba mirando al vacío, hacia abajo, donde en esos momentos se libraba una lucha.
- Tú… Ahora terminaré por fin el trabajo.
- Vaya, y yo pensando que era alguien importante, que querías encargarte personalmente de mí, y... sólo soy trabajo... Qué decepción.
La sonrisa burlona que Korvy dedicó a JuanDos después de decir esas palabras, bastó para que éste último explotase por dentro.
- Serás estúpido… la otra vez te dejé escapar… Pero ahora no será igual. Morirás como el perro que eres…
- Estoy impaciente. –Korvy movió el cuello hacia el lado derecho, haciéndolo crujir.
Ante esto, Juan saltó hacia delante, agarrando a Korvy. El pasillo había cambiado, todo se sumió en una oscuridad apabullante y, pasados unos segundos, ya no era un simple pasillo de conexión entre alas, sino que se había transformado en la misma sala en la que tuvo lugar su primera lucha. Una sala espaciosa, llena de armaduras en fila a cada lado aunque, esta vez, sin ventanas por las que escapar. JuanDos les había teletransportado a la sala en la que uno de los dos moriría, sin remediarlo.
Ambos estaban en el suelo, después de la embestida de J2, pero se levantaron rápidamente. Parecía que el traidor no quería demorarse demasiado en matarle, por lo que comenzó a enviarle duros golpes al rostro, que a duras penas podía repeler Korvy. Éste notó que JuanDos había aumentado su velocidad en esos meses, aunque le pareció extraño que lo hiciese en ese corto lapsus de tiempo y de una manera tan notable.
Al fin, J2 consiguió conectar un duro golpe en el pecho de Korvy, duro y contundente, que le mandó, como en la anterior ocasión, a parar contra una armadura que se destrozó.
- Recordando viejos tiempos… ¿Eh? -dijo Korvy, tosiendo un par de veces.
- Sí… pero algo va a cambiar…
De su mano apareció una espada. Era muy bonita. Tenía una hoja negra con grabados dorados. El mango, también negro, tenía incrustada una amatista púrpura. Korvy tuvo que agarrar la espada que minutos antes portaba la armadura para repeler el mortal mandoble que su contrincante le había mandado.
Las luchas a espada solían ser verdaderas carnicerías. De hecho, Korvy notó que J2 no tenía la espada afilada. Podía ver el filo, que estaba algo mellado y que tenía oxido en algunos puntos.
- Una pena que no cuides tu espada. –le dijo señalandola.
- No… no es una pena…
J2, demostrando una vez más su gran velocidad desapareció y reapareció detrás de Korvy. Agarro su espada con las dos manos, pero en lugar de tener la hoja hacia delante la puso hacia atrás, para, con un rápido movimiento hacia la izquierda, realizar un corte en la espalda del ex-moderador. La espada rompió la ropa de Korvy y se enganchó en la carne de éste. Al tirar, en lugar de cortar la carne límpiamente, lo que hizo fue desgarrarla brutalmente.
La sangre comenzó a correr por la espalda cuando Korvy cayó al suelo de rodillas, después de proferir un grito.
- ¿Te ha gustado? –preguntó J2, irónico.
- Menos te va a gustar ¡a ti!
Korvy, empuñando el arma con las dos manos, lanzó un mandoble horizontal, rabioso y potente, intentando cortar las piernas de Juan. Se puso de pie después de que éste saltara hacia atrás para esquivarlo, y comenzó su ataque. Los espadazos eran continuados, tanto de uno como del otro. El sonido del acero chocando y las chispas que a veces producían esos choques, gracias a la potencia de los mismos, se mezclaba con los quejidos de cada contrincante cuando recibía un pequeño corte.
Tanto uno como otro atacaba y se replegaba, atacaba y se replegaba y ninguno de los dos parecía querer doblegarse ante el cansancio. Ambas eran armas pesadas y eso producía que, al moverla tan frenéticamente y con tanta potencia, los dos se cansasen más rápido, hasta que algo pasó.
Korvy vio como el aura negra de J2, que hasta ahora había permanecido normal, comenzó a perder fuerza. Éste último apoyó una rodilla en el suelo y su espada cayó de las manos. Ante esto, Korvy paró:
- Qué pasa, ¿Se te han gastado las pilas?
- ¡¡NO!!
Juan alargó la mano y tiró hacia atrás, haciendo que la espada de Korvy saltase hacia la pared que tenía detrás suya, incrustándose en ella para después quedarse ahí, temblando de un lado a otro a causa del impacto.
Después de esto volvió a arremeter contra Korvy, al que esta vez si pilló de sorpresa. Comenzó cogiéndole del hombro y golpeando repetidas veces su estómago para finalizar con un puñetazo en pleno rostro. Aún sin el poder del aura, que ya se había extinguido totalmente, sus golpes eran devastadores. La nariz de Korvy crujió, y esa serie de golpes le hizo caer al suelo y llevarse la mano a la nariz, de la cual comenzó a brotar sangre.
Juan avanzó hasta dejar a Korvy debajo de el, para poder mirarle a los ojos.
- Vamos J2… podemos acabar con esto… únete a nosotros y ya está… todo volverá a como estaba antes…
- ¡A mi no me gustaba como estaba antes!
El traidor hizo aparecer una pistola con la que apuntó a Korvy a la cabeza.
- Y ahora… ¡Muere!
- ¡No tan rápido!
Éste último propinó una patada en las partes nobles de Juan que le hizo caer al suelo de golpe, soltando la pistola.
- Donde está tu caballerosidad en el combate… -dijo entre jadeos.
- ¿No decías que no existía?
Juan intentó coger la pistola alargando la mano, pero Korvy esta vez fue más rápido y se lanzó a cogerla, lográndolo y rodando hacia delante, dando una voltereta, para después levantarse y apuntar a J2, el cual se estaba levantando del suelo.
- No me hagas matarte…
El interpelado no habló, directamente se dirigió hacia Korvy. El disparo resonó en toda la estancia, y su enemigo cayó al suelo, apoyando la pierna que le habían herido, de la que comenzaba a salir la sangre, formando un pequeño charco.
- En serio… J2, no quiero tener que matarte… únete a nosotros y todo volverá a ser normal.
- ¡¡NUNCA!!
El grito fue acompañado de una arremetida, que Korvy paró en seco efectuando otro disparo. J2 cayó de rodillas y alargó de nuevo la mano, haciendo lo mismo que con la espada, pero sin ningún resultado. Ya no tenía poder.
- No me dejas otra opción… 'deu traidor…
El cuerpo de Juan cayó de espaldas como consecuencia del impacto de bala que recibió su cabeza, acabando con su vida al instante. Korvy se quedó mirando el cadáver durante unos segundos, y después atravesó la puerta que daba a la recepción de nuevo, para después subir las escaleras de caracol en pos de su siguiente objetivo: el despacho de Rain.