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Todos los hombres de la familia de Piers Nivans han sido militares desde los tiempos de su bisabuelo. Desde bien pequeño, Piers decidió que quería seguir los pasos de su padre. Se graduó como primero de su clase en una academia militar de élite, donde ya reconocieron su admirable habilidad como francotirador. Tras graduarse, entró en las Fuerzas Especiales del Ejército. Sin embrago, no tardó mucho en desilusionarse. Llevaba a cabo sus ejercicios sin problema, pero quería llegar más lejos, demostrar para qué había servido todo su entrenamiento. Y justo en 2010, Chris Redfield, impresionado por las habilidades de Piers, le pidió que se uniera a la BSAA.

Piers quedó muy impresionado con la forma en la que Chris guiaba a su equipo: trataba a sus compañeros como si fuesen de la familia, no como soldados prescindibles. Chris, por su parte, era consciente de que no podría trabajar como agente de campo para siempre, y por ello reclutó a Piers. Chris cree que el futuro de la BSAA está en manos de individuos con talento como Piers, y este, a su vez, ahora tiene una causa por la que luchar.